Elbrus – 2005 – memoria

18 de Agosto , Aeropuerto de Málaga, nuestro viaje a la Cordillera del Caucaso se aventura movidito, tras llegar con el tiempo de antelación que indican los vuelos internacionales, casi perdemos el vuelo a Moscú; 30 minutos antes del embarque, megafonía indica que nuestro avión tiene problemas técnicos y tendremos que viajar con otra compañía retrasándose la llegada en 2 h, es decir llegaremos de madrugada… Nos dirigimos a buscar el nuevo vuelo lo que supone volver a facturar y billetes nuevos de embarque, todo eso contrarreloj, pues el vuelo salía en 30 minutos, después de problemas técnicos con la maquina expendedora de billetes y agobiar a la chica de mostrador, nos dirigimos corriendo en busca del embarque, cuando tras buscar en las pantallas nuestro vuelo no aparece, locos de pasillo en pasillo nos indican que se han roto las pantallas. Ah!!!, mal empezamos. Por fin todo solucionado, nuestro avión; nos están esperando. Ahora sentados y relajados comienza nuestra aventura hacia tierras caucasianas.
Llegamos de madrugada a Moscú, y tras esperar nuestro equipaje… sorpresa! Nos falta una mochila y ahora explícale al policía ruso(que no habla ni papa de otro idioma, el problema que supone eso pues a donde vamos no hay forma de enviar la mochila).Desesperados y viendo que sigue nuestra aventura y desventura, llenamos los formularios y nos vamos a buscar a nuestro guía que nos llevara al hotel , para partir en 5 horas y sin apenas dormir a la ciudad de Mineralny Vody.

Llegada al aeropuerto de Moscú.

Llegamos a lo que se supone es el aeropuerto, que parece sacado de una película de terror, y donde nos espera Leo, que será nuestro guía en nuestro viaje hacia el monte Elbrus, y su hija Elena, que será nuestra maravillosa cocinera. Cuando comprobamos que habla español, empezamos a sentirnos mejor y a acribillarlo con preguntas sobre lo que va a pasar con la mochila perdida, pues va todo el material de montaña de nuestro compañero Rafael.

Aeropuerto de Mineralni Vody.

Recogemos los bultos y vamos hacia la furgoneta que, tras horas por carretera nos llevara a nuestro primer destino, el valle de Ullutau, donde estaremos 5 días para aclimatar. Por el camino comprobamos la peculiar forma de conducir de los caucasianos. El tiempo esta empeorando y finalmente descarga una gran tormenta. Llegamos a la entrada de nuestro valle, donde nos espera un señor que le entrega a Leo material de montaña para Rafael mientras aparece el famoso macuto. La ropa es un poco grande y no tan técnica, pero no hay otra cosa, lo peor son las botas…dos números mas grandes!.