Desde allí partimos hacia donde pasaremos los próximos días para intentar coronar el Elbrus, el refugio Prijut 11.El tiempo sigue maravilloso.
Tras unos 50 min., ascendiendo llegamos al refugio, situado a 4.200 mts, donde, tras reponer fuerzas y comer algo el guía nos indica que el tiempo empeora. Nos informa que vamos a tener que hacer la aclimatación a las rocas Patuskov, situadas a 4.800 mts.,esa misma tarde, en vez de al día siguiente como era previsto. Todo ello con la intención de intentar la cumbre esa misma noche, si el tiempo lo permite, porque sigue insistiendo en que el tiempo va a ir a peor, y que sino lo intentamos ese día, ya no podremos hacerlo, pues viene un frente que durara varios días y a nosotros ya solo nos quedan 3 días para estar allí.
Nos parece un poco duro, pues no hemos tenido descanso, ya que lo previsto era descansar, al día siguiente aclimatar a las rocas Patuskov y al otro día intentar la cumbre. Ahora los planes han cambiado y lo tenemos que hacer todo en menos de 24 hrs.,pero no nos importa porque estamos motivados y nos encontramos bien físicamente.
Efectivamente por la tarde nos dirigimos hacia las rocas Patuskov para aclimatar, durante la subida comprobamos que de repente empiezan a llegar nubes por todos los lados y empieza a soplar viento fuerte y la temperatura ha descendido rápidamente.
Subiendo hacia las rocas Patuskov.
Cuando regresamos al refugio comprobamos que las predicciones se van cumpliendo. Tras cenar el guía nos informa que por la noche verá como sigue el tiempo y si es mas o menos bueno a las 2 de la mañana nos despertaremos para salir hacia la cumbre.
A las 2 de la mañana Leo nos despierta y nos dice “tiempo bueno, nos vamos”. Desayunamos con pocas ganas, preparamos nuestros petates nos vestimos y llenos de ganas y emoción salimos del refugio. Afuera vemos las estrellas y comprobamos que las nubes nos han dejado intentar nuestro objetivo, hace frío y sopla un viento bastante fuerte. Conforme ascendemos el viento se torna cada vez mas fuerte, impidiéndonos casi caminar, luchamos contra el cada vez que damos un paso, conforme avanzamos comprobamos la dureza del Elbrus con el viento. Empieza a nevar y se mete una enorme ventisca que nos obliga a agacharnos para evitar que el viento nos tire, la ventisca se hace cada vez mas fuerte arrojándonos trozos de hielo a la cara, tenemos que protegernos con las manos porque son como trozos de cristal que nos golpean fuertemente. Llegamos a la rocas Patuskov, comprobamos que otros alpinistas se dan la vuelta abatidos por la ventisca. Empieza a amanecer, la montaña nos deja ver un amanecer rojizo, espectacular. Continuamos ascendiendo, la ventisca cada vez es más violenta, a mi el viento me azota fuertemente, una de esas veces me levanta los dos pies del suelo, siendo sujetada por un compañero y evitando que me tirara al suelo. Yo estoy agotada, frustrada, todas mis ganas puestas en esa montaña y la ventisca me impide dar un paso, es una lucha continua cada vez que doy un paso y eso a 5.000 mts agota mis fuerzas. Seguimos subiendo. Tras una dura decisión decido darme la vuelta, pues el tiempo consigue empeorando y pienso si aquí a 5.100 mts el viento me puede, que me esperara mas arriba. Mis compañeros intentan convencerme, pero decido que es lo más conveniente y seguro. Ellos continúan, en mi bajada, el tiempo cada vez es peor, graniza, nieva, sigue la ventisca. Observo que otras personas han decidido también abandonar. Me paro y observo como entre las nubes mis compañeros siguen ascendiendo. Mas tarde en el collado Rafael empieza a sentir como se le congelan las manos y no puede continuar del dolor que le produce, así que decide darse la vuelta. Otro compañero, Coke a 300mts de la cumbre las nubes le impiden ver el camino, no ve a un palmo, las condiciones le obligan a regresar, ya que con esa niebla, sin ver es un peligro. David y Edu continúan ascendiendo, luchando contra las condiciones climáticas, consiguiendo alcanzar la cumbre, primero David seguido de Edu. Arriba no se ve nada, están envueltos en una tormenta de nieve y viento, a 6.542mts de altura, pero ahí están, después de 7 hrs y 50’ luchando contra todo por alcanzar su objetivo, el monte Elbrus. Lo han conseguido, por ellos y por sus compañeros que no pudieron llegar. Contentos, emocionados y agotados se abrazan sobre el techo de Europa, después de todo han podido alcanzar la cumbre del monte Elbrus que sigue mostrándose dura, bella e imprevisible.
“El techo de un continente es el fin y el principio de numerosos sueños”
Ingrid Medialdea.